domingo, 20 de mayo de 2007

Starcraft II: Espero que con este no se equivoquen.

Blizzard acaba de anunciar la tan esperada segunda parte de Starcraft. Que puedo decir: "Que lo saquen ya!!!".

Este es el segundo esperado lanzamiento de esta saga para este año, el primer evidentemente es Starcraft: The Board game por Fantasy Fight Game, empresa que tuvo gran suceso (en mi opinión) en las adaptaciones al cartón para Warcraft y Doom.

Hace poco menos de diez años que puse por primera vez mis manos sobre las teclas para ayudar a los humanos a combatir a los Zerg y tuve mucho cuidado con esa relación ambigua con los Protoss. Después de jugar hasta el cansancio Warcraft II, pensé que nunca iba a encontrar un juego que logrará superarlo y Starcraft lo hizo.

Estos juegos tienen la característica que nunca pagaron regalías por el concepto detrás. Así como Dungeons & Dragons toma su mundo del Señor de los Anillos, Doom de Aliens, Warcraft de Dungeons & Dragons; siempre fue evidente que Starcraft es un rip off de Starship Troopers, aquella excelente novela de ciencia ficción de Robert A. Heinlein y como todos sus trabajos llenos de un mundo de crítica social. Esto es malo y es bueno. Malo por que pierde algo de su espíritu original, pero bueno por que ahorra miles de dólares para poder dedicarlo al concepto y el desarrollo del juego.

Eso si, espero que en esta ocasión, Blizzard no haya cometido la equivocación que hizo con Warcraft III y que tuvo que enmendar lanzando un producto paralelo como es World of Warcraft (aunque sea en otra línea). Creo que el mensaje es muy claro, se necesita más jugabilidad, más opciones y más escenarios. La estética ayuda, pero no sacrifiquen lo importante por unos dibujos que se les vea hasta los lunares de la nuca.

Para ir tentando sus dedos, les dejo con unas tomas del juego. Nota podría poner el intro, pero no hay cosa que me parezca más aburrido y desafortunadamente no hay forma de aplicar el ESC.

viernes, 4 de mayo de 2007

Viernes de Película!

Advertencia: el contenido del presente post podría resultar ofensivo para algunos lectores. Sin embargo, mi interés no es presentar erotismo ni nada similar, sino resaltar un elemento particular de la cultura urbana costarricense de mediados de los ochentas.

Les recuerda algo!.... Claro, para todos aquellos que pasamos nuestra hormonal y calenturienta adolescencia en los ochentas, era nuestra proximidad mayor con la sexualidad. Pobrecitos de nosotros.

No creo conocer un solo ochentero que no tuviera que levantarse a hurtadillas, un viernes... el cuarto había pasado de las once, pero sabíamos que la espera podía prolongarse hasta diez después de la medianoche. En ocasiones, la desilusión era grande y no nos quedaba más que esperar a que el siguiente viernes, el programador de Canal 4 como retribución por su falta, nos presentará algo un poco más fuerte.

Un momento....creo que necesito conceptualizar el post, sobretodo para aquellos que no vivieron esta terrible experiencia. Corría el año 1986 y canal 4 era una empresa en decadencia (todavía no había sido adquirida por REPRETEL, es más ni siquiera existía REPRETEL). Sus programas estrellas eran Hola Juventud y las novelas venezolanas donde Grecia Colmenares era la bella. ¿Pero que nos pasaba?

El Internet no existía ni siquiera en las novelas de ciencia ficción. El Cable era una fantasía futurista con una cobertura mínima (creo que sólo llegaba a los Yoses) y era CableColor(un servicio que sólo incluía tres canales). VHS ¿WHAT?. Tal vez Betamax.

Con un poquito de técnica se podía pescar la señal del Canal 19, pero para que si la mayoría de Televisores sólo tenía UHF (para los que no entienden que es esto, UHF eran los canales del 2 al 13 y hasta ahí llegaban la mayoría de teles, lo otro era VHF, como decir AM FM)

Lo único que alcanzaba a las manos de la mayoría de adolescentes de la época era alguna que otra Playboy o Penthhouse, probablemente robada de algún tío adolescente (de esos "golazos a la esquina del marco" que nunca faltaban en las familias) y que a la hora de que llegaran a nuestras manos, sólo se podía apreciar como una cuarta parte del magazine(normalmente los comentarios políticos y la caricatura) pues del resto, mitad había sido recortado para vender a 10 colones el cuarto de página y mitad estaba totalmente pegado (si señores, el uso de las revistas era intensivo). Algunos con más suerte, accesaban a las fotonovelas, principalmente argentinas o mexicanas; que después de darles una ojeada, no hay mejor forma de entender por que hay tanto problema sexual en nuestro tiempo!!!.



Este poco acceso a material de calidad muestra porque el famoso Viernes de Película no era otra cosa que un oasis de erotismo en ese desierto de castidad que nos tocó vivir a muchos, y si encima, se estaba en un colegio de solo hombres, multiplique el efecto por mil.

Viernes de Película, que tiempos aquellos! Ahora, no vayan a creer los que no vivieron esa experiencia que se trataba de un espacio de cine dedicado al Hardcore; al cual están acostumbrados la mayoría en la actualidad. Era, más bien, un espacio donde se trasmitía películas de pésima calidad, donde lo que sobraba eran las sexicomedias, especialmente las de Porcel y Olmedo (películas donde abundaban los chistes de doble sentido y el lenguaje vulgar, muy pocas veces con algún desnudo, siquiera parcial), las picaras italianas (películas que contaban las aventuras sexuales de algún "galán de turno" italiano, pero que no pasaban de eso, contarlas), the bikers movies (único tipo de película gringa que se podía ver a esa hora y que eran películas de clase B, caracterizadas por mucha violencia como escusa para presentar esporádicamente algún desnudo y por lo general, asociado a un acto de abuso o violación) y por supuesto, las más importantes de la época, LAS FICHERAS.




















Este último fue el momento "cumbre" de la crisis del cine mexicano. Películas con alto contenido de lenguaje obsceno (probablemente lo único obsceno), exceso de chistes sexuales y todas ambientadas en un night club, lo cual permitía presentar desnudos totales y en cantidades industriales. La trama, con leves variantes, siempre era la misma: el hombre solitario y galán que se enamoraba de la desnudista y que al final lograba sacar de ese estilo de vida. Sus habituales eran Andrés Garcia, Jorge Rivero, Alberto Rojas "El Caballo", Alfonso Zayas y por supuesto, Joaquín Garcia Vargas "Borolas".

Eso si, les confieso que lo de hurtadillas para ver las películas, venía acompañado de un tele silenciado, pues si lo pescaban a uno los tatas, menudo problema en que se metía. Entenderá el lector, que si el programa carecía de contenido visual, eran dos horas bien aburridas. No faltaba incluso el día que, engañado por el titulo, el programador presentaba una película como "El Castillo de la Castidad"; una de esas extrañas producciones de los años sesenta del cine mexicano, que podríamos llamar como cine de autor y que sería lo que ahora llamaríamos cine arte.

Muchas Gracias...

El fin?

Y ustedes que dijeron, no voy a mencionar a los dos iconos de la época, pues aquí les dejo:

Lyn May: acapulqueña de ascendencia oriental. Representante de la "época de oro" de las vedettes mexicanas, junto a nombres como Olga Breesky. Tal vez, los más jóvenes la ubican como la que sale en el vídeo de Mr. P.M.O.S.H de Plastillina Mosh o por sus recientes y extrañas incursiones en la farándula mexicana.


Sasha Montenegro: por supuesto, el referente obligatorio de este cine . Denominada la Sylvia Krystel del cine mexicano, (a pesar de haber nacido en la entonces Yugoslavia). Alcanzó mayor relevancia gracias a sus relaciones clandestinas, primero, y, a su matrimonio, luego, con el expresidente José López Portillo. Incluso envuelta en un importante litigio por su herencia. No puedo irme, sin dejarles una imágenes y con la pregunta: ¿Esto era lo pornográfico de la época?