sábado, 28 de abril de 2007

De como me convertí en un geek de los juegos de mesa?

En primer lugar, creo que éste es el tipo de cosa que uno es y no se hace...Probablemente desde muy niño he sido un fanático de los juegos de mesa, sin embargo, varias circunstancias impidieron que está fascinación no se desarrollará ni siquiera un mínimo. Costa Rica en los ochentas no era necesariamente un mercado altamente desarrollado, era poco lo que nos llega del exterior; la situación económica permitía vivir bien, pero los lujos eran limitados y por supuesto, mucho de esos productos eran en inglés, un idioma que apenas después de los quince empecé a más o menos manejar.

Aún así, algo tuve acceso y recuerdo las horas de horas que pasaba jugando con mis hermanos y vecinos el "20 juegos de la Walt Disney" (una serie de juegos muy simples, pero la mayoría de pequeñas aventuras) o las versiones variadas del monopoly (en mi caso, el Turista Americano y el Nibanco). Por ahí aparecía alguno que otro vecino con Carcachilandía, Veo Veo, Clue o Petrodólares y eran horas seguras de diversión.

No sé exactamente que me alejó de este hobbie, tal vez por que descubrí los juegos de video y lograron sustituir eficientemente ese deseo de enfrentarme a retos de agilidad y estrategia. Horas he pasado frente al Warcraft, Starcraft y Doom (como verán más adelante fueron estos juegos los que ayudaron a regresar a mi amor por los Juegos de Mesa) o en el SNES y el PS2 y sus múltiples posibilidades.

Fue en 1996, cuando estudiaba en Chile y durante un fiesta,que recibí el primer bofetón que empezó a despertar ese amor por los juegos. En un fiesta estaban jugando RISK. Un juego donde se simula una batalla por la dominación del mundo, a través de enfrentamientos con dados entre los jugadores. En el argot de estos juegos lo llaman un "dice fest" precisamente por la enorme dependencia a este mecanismo. Regresando a Costa Rica, pude hacerme de una copia de este juego y fue mi esposa, mi gran compañera de mil batallas.

Una navidad, me regalaron un juego llamado Acquire. Una interesante simulación de un proceso de crecimiento de una serie de cadenas de negocios (originalmente el juego era acerca de una cadena de hoteles). El juego se adquirío en la Universal, pero por mi limitado conocimiento no pude aprovechar para comprar otros juegos que en ese momento trajeron, como lo eran: Diplomacy, "Cosmic Encounter" y "Axis & Allies".


Sería precisamente un año atrás, cuando en una de mis visitas regulares a la Librería Internacional, me encontré con Dungeons and Dragon: Basic Game. Un excelente equipo básico que le permitiría a cualquier grupo de personas adentrarse en el mundo de aventuras y peligros de D&D. Sólo un requisito adicional es requerido: mucha imaginación.

Ese día, regresando a casa, me puso a averiguar si habría algo que no sabía que existía y que simplemente me lo estaba pasando por alto. Fue ahí donde me metí a BOARD GAME GEEK, una excelente página con el más completo inventario de todos los juegos de mesa que se han creado, incluyendo el más viejo de todos: Senet. Me dí cuenta que existen aproximadamente 28.000 títulos de juegos de mesa y la mayoría está muy lejos de ser versiones variadas del monopoly, el Clue o la Baraja.

Y como dije fue precisamente mi pasión por los juegos de computadora como Warcraft y Doom los que me lanzaron directo al precipicio el fanatismo por esta afición. Pues en ese momento, los juegos que precisamente estaba de moda eran unas ediciones recientes de ambos juegos. Una interesante propuesta que trataba de simular los complicados mundos de construcción y destrucción del primero y de laberintos llenos de peligros, el segundo; que a mi gusto lo logran bastante bien.




Hoy he logrado tener un colección relativamente buena con los mejores títulos del mercado, aunque muy lejos de verdaderos fanáticos. Sin embargo, si he logrado encontrar algunos ventajas que hace que este pasatiempo incluso supere el de los VGs.
  1. Jugar contra personas es impredecible, cualquier que haya jugado un VGs sabe que tarde o temprano terminará sabiendo cuando saldrá un orco de la siguiente esquina o adonde están las puertas secretas.
  2. Evidentemente, la socialización es mejor. No hay mejor forma de pasar un jueves en la noche que frente a una partida de Go o de Risk con unos buenos whiskies.
  3. De nuevo, la simulación resulta más real cuando se enfrenta a personas como sería en la vida real, que cuando se enfrenta a un computadora.
Sus grandes problemas:
  1. Su gran problema es conseguir otros jugadores que sean dignos de llevar el juego al nivel que pertenece.
  2. Es muy caro y en Costa Rica son pocas tiendas las que se especializan en este tipo de juegos y son pocos los números que traen.
Difícil será tener la colección de mis sueños....

Muchos pasaran por alto este post, pero aquellos que saben lo que es tirar unos dados o colocar bien las fichas iniciales, saben de donde puede venir semejante fanatismo.

lunes, 9 de abril de 2007

Economía para el niño que llevamos dentro. Parte I.

Los economistas están muy familiarizados con el término Teoría de Juegos y es el área de la economía que se encarga de estudiar las negociaciones y la resolución de conflictos. Para los no economistas, tal vez el término se hizo familiar gracias a la película Beautiful Mind, acerca de la vida de John Nash y sus aportes a este interesante tema.

El nombre Teoría de Juegos proviene precisamente del ordenamiento que se hace de los participantes en la negociación o en el conflicto, de una forma muy similar a aquella que se presenta en un juego de mesa. Un número "x" de jugadores, cada jugador tienen un número "y" de jugadas que puede hacer y por lo tanto, existe una serie de resultados definidos de acuerdo a las distintas jugadas que se realizan. Todo esto gracias, de nuevo, a los juegos de mesa.

Sin embargo, vamos en el sentido contrario, que aporte ha hecho la economía a los juegos. (Evidentemente voy a referirme a los juegos de mesa, que son los que más me gusta, aunque eventualmente voy a hablar de algunos juegos de video).

Probablemente el primer juego de mesa que utilizó el tema económico fue el Monopoly. Creado en 1903 por Elizabeth J. Magie bajo el nombre de The Landlord's game, el objetivo del juego era precisamente demostrar las teorías económicas desarrollados por Henry George. En principio, el Georginismo atacaba todo tipo de impuesto excepto aquel sobre la tierra, pues justificaba que el valor general adicional de la tierra (plusvalía) no era ganado y que por lo tanto, debería ser tasado para igualar las condiciones con el resto de la producción. Evidentemente, el juego buscaba demostrar que al final la tendencia era la monopolización de la tierra gracias a la compra por el dinero generado "automáticamente" por la misma tierra (renta y alquileres)

El juego fue muy popular, aunque fue poco el provecho que pudo ganarle al mismo, pues se volvió de fabricación casera. Parece que la misma señora Magie no entendió la posibilidad de seguir ganando por el aumento en el tiempo del valor de su idea.

En una jugada extraña de la época, en 1935 Charles Darrow produjo el juego monopoly para Parkers Brothers de la forma más similar a lo que conocemos el día de hoy. Muchas referencias lo ubican en forma exclusiva como el inventor del juego, aunque posteriormente ha tenido que haber mucha rectificación al respecto.

Probablemente, no hay persona que navegue en Internet y que nunca haya jugada este juego, aunque sea en alguna de sus múltiples versiones. Y hoy por hoy, debe ser junto con Ajedrez y tablero, uno de los juegos de mesa más vendidos en el mundo. En el caso de Costa Rica, son múltiples las versiones de este juego que se tenía, algunas de las que recuerdo son: monopolio, Gran Banco, Nibanco, Turista Americano, Petrodólares y Turista Disney.

A pesar que le tengo un cierto respecto a este juego, tengo que confesar que en este momento no poseo ni una copia de algunas de las versiones que existen. La verdad es que desde que me aficione a los juegos de mesa, las opiniones de los expertos lo consideran un juego básico y despreciable, especialmente por el alto componente de azar que posee (luego explico por que esto es tan importante).

Si recuerdo con algún interés un par de rondas de monopoly que tuve con mis compañeros de colegio, Eduardo y Fabio, hace unos quince años atrás. Fue interesante por que la primera vez que jugamos yo gané por mucho, pues mis compañeros se obsesionaron con comprar las propiedades más caras y pasaron todo el juego compitiendo por ellas (como hace casi todo el mundo), yo compre las seis más baratas, las llené de hoteles y en dos vueltas les vacié los bolsillos. La segunda ronda duró mucho pues ya todos sabían lo que era importante. Esto demuestra que la teoría de George estaba equivocada, pues la supuesta ganancia "ganada" de la tierra en realidad corresponde al conocimiento que se tenga sobre ella y al uso que se haga de la misma.

Espero que para aquellos que amen el juego y odian la economía no les haya arruinado la velada.

En próximos posts, contaré un poco más de nuevos juegos que podría interesar al niño que todo economista lleva adentro y el que no es economista, también.

lunes, 2 de abril de 2007

300

Tenía bastante rato de no ir al cine, más de dos meses es mucho para mi. El viernes fui a "tanda de vagos" como dice mi papá a la tanda de tres de la tarde. Y me encontré con una película que se deja disfrutar: 300.

300 es una película que recoge la influencia de tres grandes corrientes del cine: una muy antigua y dos relativamente nuevas. En primer lugar, 300 es una película épica de la historia antigua, no muy lejos de lo que mal llamaban algunos "películas de Semana Santa", películas que presenta hazañas paralelas a la conformación política del mundo antiguo mediterraneo.

En segundo lugar, la representación de una novela gráfican, en este caso de Frank Miller, una derivación de las adaptaciones de los comics y que últimamente parece que va a abrir una nueva veta en el cine. Su técnica es, claro, la presentación casi exacta de la imagen, los escenarios e incluso la textura que se presentó en los dibujos iniciales, muy en el mismo orden de lo que se hizo con "Sin City".

Y por último, una corriente que me parece surgió con el Señor de los Anillos y es la presentación exagerada de batallas a gran escala. De hecho, le resumí a mi esposa esta película diciendo que era como la introducción del LOTR pero durante dos horas.

Dicho esto, la película hay que enmarcarla como un disfrute visual de un estética altamente depurada y un libreto con muchas limitaciones propias de la historia tomada de la novela gráfica. Un novela, de por sí, bien alejada de la realidad histórica y más apegada a la pirotecnia de la acción.

El espectador común notará muy poco diálogo, propio esto de la poca capacidad argumentativa de la historia. La otra característica importante es el exceso de la cámara lenta que, a diferencia de la de Matrix donde representa una ampliada velocidad, en este caso busca ubicar al espectador en el ambiente de los cuadros de la tira gráfica.

Para mi, la película se aleja en algunos segmentos bastante de la novela gráfica, por ejemplo la descripción escatológica acerca de los sacerdotes y la matanza en la ciudad griega, previa a la batalla, y que me parece genera algunas pretensiones acerca de tema posteriores que no son cumplidos al final.

Me entretuvo por dos horas, pero más que eso me da la confianza de que Zach Snyder, el director, podrá ser capaz de hacer un buen trabajo visual para acompañar a una excelente historia "The Watchmen", su próximo proyecto y posiblemente una de las mejores historias tejidas alrededor de los demonios internos de los justicieros y las múltiples inconsistencias que presenta el cumplimiento de objetivos supremos.